Tim Sweeney, el fundador y CEO de Epic Games, dijo durante su discurso de apertura en la cumbre del DICE que la política debería mantenerse lejos de los juegos y los desarrolladores, para que los distribuidores puedan vender juegos desde un «terreno neutral».
Tim comenzó hablando de la novela To Kill a Mockingbird, escrita por Harper Lee en 1960, y de cómo el arte, al igual que los juegos, puede servir como un tema de discusión para la política. «Si pensamos un momento en To Kill a Mockingbird y en el impacto que tuvo en la forma de ver las cosas de muchas personas en su época, creo que es una buena salida para los videojuegos». Sweeny rechazó la visión de los videojuegos sirviendo como un medio político y habló de la necesidad de un modelo de separación como el que existe entre la iglesia y el estado.
No es la primera vez que se aboga por minimizar la naturaleza política de los juegos en favor de una mayor comerciabilidad. Una prueba de esto es Ubisoft, que evita a toda costa incluir en sus juegos temas que van desde cultos religiosos hasta operaciones paramilitares.
Sweeny dijo que el propósito de una compañía es el de formar un grupo de personas que puedan «cumplir una misión que ninguno de nosotros podría cumplir», y que esa misión debería ser sagrada. «La misión de Epic es desarrollar tecnología de punta y grandes juegos», dice. Habló también de que los empleados en Epic tienen que unirse bajo esa misión, pero que en cualquier otro tema, las diferencias que existan entre ellos deben ser respetadas.
La polémica de Blizzard con Blitzchung
Sweeny aprovechó también la ocasión para hablar de la «controversia alrededor de la censura política» desde países extranjeros hacia compañías nacionales, en clara referencia a la ocasión en la que Blizzard sancionó al jugador Blitzchung, por emitir frases en apoyo a la democracia en China durante una transmisión en vivo de una partida de Hearthstone.
En líneas generales, el ambiente está tenso desde hace un tiempo en la industria de los videojuegos. La propia Epic ha sido acusada de colaborar con el gobierno chino debido a la relación comercial que mantiene con Tencent Games, cosa que Sweeney ha negado anteriormente.
Esto destaca cómo la política se ha convertido en un tema cotidiano. Sweeney admitió que estos son tiempos tumultuosos, y que no hay una respuesta única sobre cómo las personas, los clientes o los desarrolladores deberían involucrarse con la política en los juegos.
¿Estás de acuerdo con Sweeny? ¿Crees que el mundo de los juegos y la política deban mantenerse separados?
Fuente: IGN