El negocio del libro electrónico es una torta que todas las grandes empresas quieren empezar a disfrutar.
El último movimiento lo ha protagonizado Microsoft, que acaba de hacer una inversión de u$s300 millones en la división e-reader de Barnes & Noble, el gigante estadounidense de las librerías que ha encontrado su redención en el declive de la venta física de libros en el Nook, su lector de libros electrónicos.
La cadena había ya adelantado en enero que estudiaba la posibilidad de escindir su competitivo negocio de lectores electrónicos y venta de libros electrónicos para fortalecerse en el segmento.
La familia Nook, ligada a Barnes & Noble como cadena de librerías, se distribuye únicamente y por el momento en Estados Unidos.
Una separación les permitiría aventurarse en el mercado internacional.
La firma tenía unas previsiones de facturación para la familia Nook y el negocio asociado bastante positivas: esperaban alcanzar una facturación en esa rama de negocio en el año en curso de u$s1.200 millones.
La inyección de capital de Microsoft, que la firma anunció este lunes se produce al tiempo que Barnes&Noble se separa, como previsto, de su negocio «e-reader».
Los activos en libro electrónico se convierten así en una subsidiaria de la firma, de la que Barnes&Noble tendrá el 82,4% del capital. Microsoft se queda tras su inversión con el 17,6% de la nueva compañía, que ha sido valorada en u$s1.700 millones.
El acuerdo permitirá a Microsoft y Barnes & Noble enterrar el hacha de guerra en materia de patentes y llevará al Nook vía aplicación a Windows 8, algo similar a lo que ha hecho Amazon con su aplicación Kindle para ordenadores y teléfonos, lo que ha ampliado su base de lectores.