Apenas unos 400 mil clientes decidieron cambiarse de proveedor, esa cantidad representa sólo 1% de los 40 millones de líneas activas que hay en el país.
Los clientes que hicieron el trámite para conservar su número representan nada más que el 30% del total de traspasos que, según la consultora Kantar Worldpanel, fue de 1,3 millones los últimos 12 meses.
El número es llamativo si se tienen en cuenta las quejas por la mala calidad del servicio.
Los traspasos arrojan un balance casi neutro para las empresas. Ninguna de ellas capitaliza a los migrantes.
Kantar Worldpanel, que parece que le pago alguna de las compañías, comenta que antes de que existiera la portabilidad, unos 3,8 millones de usuarios decían estar dispuestos a cambiar de compañía, debido al mal servicio, la mala o escasa señal y los precios altos.
«La portabilidad, cuya implantación el Gobierno nacional demoró toda una década, aparece tarde, cuando ya no tiene el valor que tenía cuando se la incluyó en el marco de desregulación de las telecomunicaciones durante el gobierno de De la Rúa, que es el marco aún vigente. Debía ser una barrera más baja al cambio de proveedor, y lo es, pero la tecnología y los usuarios cambiaron mucho en 10 años. Cambiar de número telefónico no es claramente valorado por millones de nuevos usuarios masivos e individuales que han venido migrando entre proveedores por una promoción o por un nuevo dispositivo» .
«Lo que se anticipaba con la portabilidad finalmente no se dio. El mercado está muy orientado ahora al recambio de equipos porque los consumidores están invirtiendo en actualizar sus equipos pasándose a smartphones para tener más funcionalidades», confirmó al mismo medio Fernando del Río, director comercial de Claro Argentina.