Como ya muchos de ustedes habrán visto, tuvimos en nuestros laboratorio tanto la Nvidia GeForce GTX 1080 Founder’s Edition como la Gigabyte GTX 1080 G1 Gaming, y aprovechando esto decidimos colocar las dos juntas en la plataforma de pruebas y mostrarles algunos resultados de su rendimiento en SLI.
Las frecuencias utilizadas para las pruebas fueron las de la Gigabyte GTX 1080 G1 Gaming, ya que le hicimos un leve overclock a la GTX 1080 Founders Edition para igualar las frecuencias.
No contábamos con un puente HB SLI pero de todas maneras teníamos un puente EVGA PRO SLI Bridge que es compatible con frecuencias de 650MHz como los HB SLI Bridge, por lo que no hay diferencia de rendimiento al utilizar este puente y de esta forma podremos sacar el máximo rendimiento en nuestra configuración.
Lamentablemente los drivers aún no están tan pulidos para SLI pero de todas formas en altas resoluciones obtuvimos buenos números, los cuales podrán observar a lo largo de la nota.
Plataforma de pruebas
- Procesador: Intel Core i7-6700K
- Placa Madre: EVGA Z170 FTW
- Memorias Ram: G.Skill TridentZ 2x8GB
- Almacenamiento Primario: Corsair Force GT 120GB
- Almacenamiento Secundario: Western Digital 1Tb Caviar Green Sata 2
- Fuente de Alimentación: EVGA SuperNova 1000 G2
- SO: Windows 10 64bits
- Drivers: 368.39 WHQL
Pruebas de rendimiento sintético
En 3DMark Fire Strike Extreme, el puntaje obtenido fue de 14970 puntos, un 53,6% más que el puntaje obtenido con la GTX 1080 G1 Gaming.
Al pasar a 3DMark Fire Strike Ultra, el puntaje fue de 8875 puntos, teniendo en este caso un escalado del 69,2% frente a una sola gráfica.
Pruebas de rendimiento en juegos
Por el lado de los juegos, quitamos la resolución 1920×1200 ya que esta configuración claramente es un exceso e incluso en ciertos casos, para 4K, como en Battlefield 4, obtuvimos un promedio de 126 FPS, un 65,7% mas que lo obtenido al usar una sola GTX 1080 G1 Gaming.
En Doom los promedios obtenidos fueron de 157 FPS en 2560×1440, y de 86 FPS en 4K, teniendo mejoras del 21,7% y del 28,3% en 1440p y 4K respectivamente en comparación a la GTX 1080 G1 Gaming.
Otro juego que probamos fue Far Cry Primal, donde el promedio en 1440p fue de 110 FPS mientras que el promedio en 4K fue de 72 FPS. De esta forma, se mejoran los resultados 37,5% y 67,4% en 1440p y 4K respectivamente frente al uso de una sola gráfica.
Metro: Last Light también fue uno de los juegos que utilizamos, en este caso logrando un promedio de 96 FPS en 4K, superando por 52,3% el resultado obtenido por la GTX 1080 G1 Gaming.
Para finalizar tenemos Rise Of The Tomb Raider, donde los promedios fueron de 122 y 71 FPS en 1440p y 4K respectivamente, superando por 28,4% en 1440p y por 39,2% en 4K los resultados que obtuvimos con una sola GPU.
Conclusión
El escalado fue bueno, pero seguramente con nuevos drivers mejoraremos mucho el rendimiento, probablemente tengamos mejoras en los juegos, gracias a nuevos parches o actualización de drivers.
Claramente esta configuración es un exceso para el 99% de los usuarios, primero que tenemos que tener un monitor 4K, y además para tener una configuración de este tipo, debería gastar unos $36.000 solo en tarjetas gráficas, una increíble cifra a la que hay que sumarle el resto de la configuración, por lo que solo realizamos una pequeña nota para que puedan apreciar el rendimiento que se obtiene al combinar estas dos GTX 1080, y no un review mas largo dirigido al usuario para adquirir esta configuración como acostumbramos realizar.
Los invitamos a comentar acerca de esta configuración y también indicarnos que otras configuraciones les gustaría que probemos.