Michael Jordon un especialista en impresoras, consiguió instalar un firmware en una impresora Canon Pixma que contiene nada más y nada menos que el DOOM original.
Jordon quiso demostrar los problemas de seguridad que mostraba la Canon Pixma, a la que pudo acceder a través de una interfaz web que no requería ni usuario ni contraseña.
Tomar el control de la misma no fue complicado, y no se le ocurrió nada mejor que demostrarlo ejecutando DOOM en su procesador ARM de 32 bits y 10 MB de RAM.